Prevención de callos y durezas: guía para pies saludables

Prevención de callos y durezas: guía para pies saludables

Los callos y durezas son problemas frecuentes que afectan a los pies provocando incomodidad, dolor e incluso limitación en actividades cotidianas. Con un enfoque adecuado de prevención y tratamiento, es posible mantener la piel suave, elástica y saludable. A continuación, presentamos una guía detallada para identificar sus causas, prevenir su aparición y elegir los productos más eficaces para su cuidado.

¿Qué son los callos y las durezas?

  • Callos: engrosamientos localizados de la piel que aparecen en puntos de presión o fricción constante, como el talón, la planta del pie o los dedos.
  • Durezas: áreas más amplias y difusas de piel engrosada, normalmente en la planta de los pies.

Ambos son mecanismos de defensa de la piel frente a la fricción o la presión repetida, pero si no se tratan pueden evolucionar hacia fisuras, dolor e incluso infecciones.

Factores de riesgo

  • Uso de calzado ajustado o de tacón alto.
  • Actividades físicas de impacto (correr, caminar largas distancias).
  • Mal apoyo plantar o deformidades en los pies.
  • Trabajos manuales repetitivos sin protección.
  • Piel seca o falta de hidratación adecuada.

Estrategias de prevención en pies

1. Elección de calzado y accesorios adecuados

Optar por zapatos de horma ancha, cómodos y transpirables.
Usar plantillas personalizadas si existe alteración en la pisada.

2. Higiene diaria

Lavar con agua tibia y jabones suaves con pH neutro.
Secar con cuidado, sobre todo entre los dedos de los pies.

3. Hidratación intensiva

La hidratación es clave para evitar la formación de durezas.
Aplicar cremas con urea en diferentes concentraciones según la necesidad:

Lensabel H10 Crema: con urea al 10 %, ácido hialurónico y D-pantenol, indicada para hidratación diaria intensa en pieles secas y agrietadas.

Lensabel K20 Crema: con urea al 20 %, ideal para pieles con callosidades marcadas, favoreciendo la suavidad y elasticidad.

4. Rutinas de exfoliación controlada

Uso de limas o piedra pómez, siempre con suavidad para no dañar la piel.
Nunca cortar callos ni durezas con objetos punzantes.

5. Revisiones periódicas

Especialmente en personas con diabetes o problemas de circulación, ya que un callo mal tratado puede convertirse en una lesión de difícil cicatrización.

¿Qué hacer si ya han aparecido callos o durezas?

Hidratar de forma intensiva con cremas específicas con urea.
Evitar la presión directa utilizando apósitos protectores.
Consultar a un podólogo si el callo genera dolor o dificulta la movilidad.

Ejemplo de rutina diaria de cuidado

Mañana: Lavar y secar los pies, aplicar Lensabel H10 para mantener la hidratación.
Noche: Exfoliar suavemente (2–3 veces por semana) y aplicar Lensabel K20 sobre las zonas con durezas. Usar calcetines de algodón tras la aplicación nocturna para potenciar la absorción.

La prevención de callos y durezas depende de tres pilares: protección frente a la fricción, hidratación intensiva y cuidado constante. Incorporar cremas especializadas como nuestros productos Hidratantes para durezas en la rutina diaria no solo evita la aparición de engrosamientos, sino que mejora la salud y la comodidad de tus pies.

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